Un trabajo que partió hace varios meses con la preparación ante la llegada de gestantes con Covid positivo, realizaron en conjunto la urgencia y pabellón de Maternidad junto al servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital de Iquique.
El 7 de mayo pusieron a prueba todo lo implementado tras la llegada de la primera paciente en trabajo de parto con diagnóstico confirmado para Coronavirus. Desde el ingreso por la urgencia ginecológica hasta su alta aplicaron los protocolos correspondientes, y así se ha repetido de manera exitosa en otras 40 oportunidades posteriores.
“Al principio todos teníamos mucho miedo, pero hoy ya están todos los turnos empoderados y es increíble la seguridad que nos dan los elementos de protección personal con los que trabajamos. De a poco nos acostumbramos y al comienzo teníamos pensado solamente realizar cesáreas en los casos Covid, ahora también llevamos casi la mitad de partos normales”, comentó la matrona coordinadora de urgencia y pabellón de maternidad, Marcela Buendía.
Para esta contingencia se debieron modificar recorridos y nuevos espacios para atender a las pacientes Covid embarazadas. En la urgencia está habilitada una sala exclusiva para atender a pacientes con coronavirus. Allí controlan a las gestantes del policlínico de alto riesgo obstétrico, y también a aquellas que ingresan con síntomas de parto o bien, con problemas respiratorios, a quienes les realizan exámenes como PCR, ecografías, monitoreo de signos vitales, y en caso de ser necesario también es posible recibir a un recién nacido en dicho lugar.
“La idea es disminuir el flujo de pacientes con Covid, para que no estén en contacto con las demás pacientes que llegan por embarazo o por otras patologías asociadas al área ginecológica”, explicó Buendía. Desde esa sala, y con sus exámenes listos, la futura mamá con Coronavirus inicia su paso por el hospital, y se dirige directamente al pabellón de maternidad para dar a luz, o bien, hacia el servicio de Ginecología donde quedará hospitalizada bajo tratamiento.
Atenciones Covid
Uno de los roles fundamentales en este circuito ha tenido la kinesióloga Paulina Fernández, quien antes de la llegada del Coronavirus enfocaba su labor hospitalaria en el tratamiento del piso pélvico, pero hoy gracias a las capacitaciones recibidas por sus colegas de medicina, realiza funciones en todas las instancias previas y posteriores al parto, además de apoyar en la recuperación de las pacientes embarazadas con síntomas respiratorios.
Toma de PCR a las madres y sus recién nacidos, muestras de aspiración, oxigenoterapia en hospitalizadas, puérperas con neumonía por Covid, manejo y adaptación de cojines para pacientes en posición prono, además de ayudar a generar tos para eliminar secreciones con el fin de poder ventilar, son algunas de las funciones que la kinesióloga cumple en el área maternal y ginecológica del hospital de Iquique.
“Estamos trabajando en la pesquisa temprana, en conjunto con el policlínico de alto riesgo obstétrico, por lo que le hacemos el examen de Covid a embarazadas de 38, 39 y 40 semanas de gestación. Esto sumado a los exámenes que les aplicamos también a las pacientes con cáncer de mama, como mínimo suman unas 20 PCR al día”, sostuvo Fernández.
Después del parto, la paciente pasa al servicio de Ginceología y obstetricia, lugar que fue modificado para mantener áreas diferenciadas y así evitar el contacto entre pacientes sin Covid, en sospecha, y con diagnóstico positivo para este virus.
“Tuvimos que reacondicionar absolutamente las salas para recibir a nuestras pacientes y a sus guaguas. Tenemos sectores distintos, y divisiones entre cada una de las camas Covid y sospecha, además adquirimos insumos para brindar confort a los recién nacidos que están en alojamiento conjunto con sus mamás”, dijo la matrona supervisora de Ginecología y Obstetricia.
Dicho servicio clínico no solo atiende a puérperas, sino que también han estado en constante movimiento debido a la hospitalización que allí llevan a cabo las embarazadas que presentan neumonía por Covid. “Los equipos de Ginecología han atendido exitosamente a 6 hospitalizaciones de este tipo, las que gracias a los tratamientos recibidos allí no fue necesaria su derivación cuidados críticos”, dijo la coordinadora de matronería, Alice Hernández.
No obstante, hubo dos pacientes que llegaron muy complicadas, una de ellas embarazada de 27 semanas a quien la siguieron monitoreando en la UCI y afortunadamente superó la enfermedad y pudo continuar con su embarazo, mientras que una segunda paciente en UCI es una mujer que posterior a su parto tuvo que ser trasladada a la unidad de paciente crítico, donde permanece estado grave.
Pero el trabajo no termina con el alta hospitalaria, ya que este servicio continúa su tarea con las embarazadas que tras el alta ingresan a una residencia sanitaria, “donde siguen siendo monitorizadas y estamos en contacto para que en caso de que inicien su trabajo de parto, coordinar su traslado hacia el hospital”, expone Hernández.
Finalmente, la coordinadora agregó que gracias al trabajo en conjunto con el Servicio de Salud y el programa Chile Crece Contigo, también se ha podido gestionar la entrega del ajuar del recién nacido en la residencia, para que cuando llegue junto a su madre, el pequeño disponga de todos los implementos que necesite para su estadía en ese lugar y para su desarrollo.